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El Museo Grotte Cosquer en Marsella (Francia) es una reproducción de la famosa Cueva Cosquer, una cueva prehistórica ubicada en las cercanías de la ciudad, pero sumergida bajo el mar Mediterráneo. Aunque el museo se inauguró en 2022, tenemos que remontarnos a 2013 para hablar del origen de este edificio futurista que anteriormente era un centro cultural y de conferencias dedicado a la región mediterránea. Se trata de la Villa Méditerranée que se construyó con motivo de la designación de Marsella como Capital Europea de la Cultura 2013.
La estructura se levanta en la costa, cerca del puerto y con el promontorio de La Tourette a sus espaldas. Se creó como un centro dedicado a la cultura, la investigación y los intercambios sobre temas mediterráneos y pretendía representar la conexión entre Marsella y el Mediterráneo.
Su relación con el mar, de hecho, queda clara solo con un primer vistazo. El edificio nace de un cuadrado de agua que penetra en el muelle. Visto desde el promontorio, este parece surgir de una isla, mientras que visto desde el mar da la impresión de descansar en tierra firme.
La estructura, creada a partir de una combinación de hormigón y acero, muestra dos caras muy distintas. Cada fachada se relaciona con el paisaje que tiene más próximo y esto hace que cada una tenga su propio lenguaje: la fachada que da a la ciudad es sobria y elegante, mientras que la que mira al mar es radicalmente modernista.
Ese juego de “contraponer” lo utiliza también en el revestimiento, donde las losas de hormigón alternan con láminas de vidrio (lo pesado frente a lo ligero). De esta forma, según la posición de los paneles de cristal, la vista desde el interior cambia.
El arquitecto italiano Stefano Boeri fue el encargado de diseñar el proyecto. “Quería crear una arquitectura que no diera la espalda al mar, sino que lo acogiera en su interior” - asegura el arquitecto que lideró el proyecto. De ahí que, el corazón de la Villa Méditerranée sea “una gran plaza-muelle” que alberga el mar.
De “Villa Méditerranée” a Museo
A pesar de ser un edificio icónico, la Villa Méditerranée no logró atraer al público esperado ni generar el impacto cultural deseado, lo que llevó a la búsqueda de nuevos usos para el espacio. Fue así como el proyecto original se transformó años después en el Museo y Centro de Interpretación que es hoy en día. Este rediseño lo llevó a cabo el estudio de arquitectura Corinne Vezzoni y consistió básicamente en la restauración e iluminación de la réplica de la cueva el Cosquer, situada en el nivel -2 del edificio.
Como resultado, el Museo Grotte Cosquer se ha convertido en toda una experiencia inmersiva que permite a los visitantes explorar una reproducción fiel de la cueva prehistórica de Cosquer, descubierta en 1991 por el buzo Henri Cosquer. La cueva original, situada cerca de Marsella, está en gran parte sumergida debido al aumento del nivel del mar, y solo se puede acceder bajo el agua, lo que hace imposible visitarla.
En el museo, los visitantes pueden recorrer una recreación digital y física de la cueva, a través de tecnología de última generación, como realidad aumentada y proyecciones en 3D.
Sellex en Cosquer
Desde Sellex hemos participado en el proyecto equipando algunos de los espacios del museo con la Silla MASS (de ITEMdesignworks) y el Banco SQUARE (de Mario Ruiz).
Las 200 Sillas MASS de polipropileno se han escogido de diferentes tonalidades (azul, musgo, camel y gris) aportando así colorido a las estancias donde se han instalado, principalmente salas polivalentes que pueden ser utilizadas para proyecciones o sesiones de trabajo. En este sentido la Silla MASS es muy apropiada como asiento para museo ya que es una silla apilable para espacios multiusos que puede apilarse hasta en 40 unidades sobre carro o 20 sobre suelo.
Por su parte, los Bancos SQUARE (de 4, 5 y 6 plazas) son perfectos para las zonas de espera del museo. En esta ocasión, el acabado escogido ha sido el blanco para la estructura y el tapizado para los asientos.
En resumen, podemos decir que el Museo Grotte Cosquer ha convertido a un espacio arquitectónicamente distintivo, pero infrautilizado, en un centro de divulgación capaz de combinar historia, arte y tecnología. Un proyecto muy interesante en el que nos ha encantado participar.
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